En el corazón de la Aldea de Maná, en donde Dios mismo prepara los manjares para los lugareños, comienza un inolvidable viaje.
Villamaría es el primer punto de un laborioso mapa trazado por aldeanos trabajadores, quienes se han unido para sembrar en nuestras manos esperanza.
Por este camino sólo arriban la tradición y la alegría, es por eso que los jeeps y las coloridas chivas, además de inquietar los aires con su festiva presencia, han hecho suyos los terrenos de este camino.
Esta senda nos guía hasta el Mirador del Pindo, en donde un susurro del viento nos contará los sabios consejos de los abuelos: Los nevados del Ruiz, de Santa Isabel y del Tolima.
En cada paraje nos estrecharán la mano, nos robarán sonrisas y nos antojarán de los deliciosos frutos de estas tierras.
Este fascinante y mágico camino se divide en dos y la agrupan 8 veredas, 4 por cada parte.
Parte alta, AVISTAMIENTO DEL CÓNDOR
Parte Baja, PAISAJE CULTURAL CAFETERO